Los signos de Puntuación
Los signos de
puntuación son herramientas específicamente creadas para ayudar a los lectores a comprender el significado de los
textos. En los inicios de la escritura alfabética los textos eran muy diferentes de los actuales; estaban
compuestos por letras que formaban una aglomeración consecutiva y compacta, en la cual no había
ninguna puntuación. Esto hacía tan difícil su lectura que era indispensable
leerlos en voz alta, para ir demarcando con el tono de la voz las palabras y
las frases.
Fueron necesarios por
lo menos quince siglos para que se produjera la separación gradual de las
letras de los textos en palabras y frases. En los comienzos de la Edad Media se adoptó la
costumbre de poner las frases en líneas separadas; luego aparecieron la coma y
el punto; posteriormente se adoptaron las mayúsculas iniciales, los paréntesis,
la separación entre párrafos, hasta llegar a la diversidad de signos que
tenemos hoy. Este desarrollo de la puntuación hizo posible la aparición de la
lectura silenciosa a la que ahora estamos habituados.
La historia de la
escritura en Occidente subraya un hecho clave: el lector es quien se beneficia
del buen uso de los signos de puntuación.
Cuando un autor, al
escribir un texto, cuida la puntuación, no lo hace por un vano alarde de
erudición sino porque tiene interés en que sus lectores entiendan lo que dice.
El mal uso de la puntuación indica, por contraste, que posiblemente el autor no
tiene claro lo que quiere decir.
¿Qué función cumplen
los signos de puntuación?
La escritura es una
forma de comunicación que implica una construcción lineal; dado que es
imposible escribirlo todo al mismo tiempo, es necesario separar las ideas,
jerarquizarlas y ponerlas en orden. En esta labor, los signos de puntuación
sirven para:
- Estructurar el texto
- Delimitar las frases y los párrafos
- Hacer énfasis en las ideas principales
- Ordenar las ideas secundarias
- Eliminar ambigüedades
Una buena puntuación
asegura la adecuada articulación de las unidades de significado que integran
una frase o un párrafo. Por eso los signos de puntuación requieren un empleo
muy preciso; si se ponen en el lugar equivocado, las palabras y las frases
dejan de decir lo que el autor quería decir.
Cuanto más resalten
los signos la estructuración del contenido (tema central, subtema, idea,
detalle), tanto más coherente y preciso se hace el texto.
La puntuación varía
según el estilo de escritura; sin embargo, las diferencias de estilo que se
puedan presentar no eximen a nadie de cumplir con ciertas normas mínimas y de
evitar errores generalmente considerados como inaceptables. De ahí la
importancia de conocer y aplicar las normas básicas de la puntuación.
Para utilizar bien
los signos...
Además de consultar
con cuidado las guías sobre normas de puntuación, hay algunas recomendaciones
generales que vale la pena tener en cuenta a la hora de escribir:
1. Absténgase de tomar la
entonación como referencia para la puntuación. La escritura es una comunicación
muda y comúnmente leemos los textos en silencio. No es lo mismo escribir que
hablar y tampoco es lo mismo leer un texto que escuchar una charla. La
puntuación, por lo tanto, obedece a las reglas de construcción del discurso
escrito, que son independientes de la comunicación oral.
2. Tenga en cuenta que
los textos literarios no siempre son un buen modelo para el uso de los signos
de puntuación. El arte literario concede a los escritores un margen de libertad
expresiva que les permite transgredir en ocasiones las normas convencionales
del idioma.
Esta libertad viene
muy bien a la hora de escribir un poema o una narración, pero resulta fuera de
lugar en la escritura académica.
3. Revise la puntuación
de sus textos antes de imprimirlos o publicarlos. A través de la revisión Ud.
se convierte en el primer lector de su propio escrito; eso le da una
oportunidad de verificar si se ha expresado con claridad.
Sea cortés con su
potencial lector: no lo abrume con un exceso de signos ni lo confunda con su
escasez. Recuerde que la función esencial de la puntuación es facilitarle al
lector una adecuada comprensión de los textos.
Edith interesante su punto de vista, chevere las imagenes
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